Yo también tengo miedo. Cómo no.
Ni puedo hablar y mi mente está cansada de ir  de un lado a otro.
No sé pelear por lo que no existe. Nunca tuve agallas de ser totalmente yo.
Y ahora...tanta libertad en tus ojos que no puedo, no me animo.
Y si escucho todas la voces en mi cabeza no hay nada más claro, tantos caminos que recorrer y estoy atascada  en esta penumbra.
Sos como todas esas cosas que todos me dijeron que estaba mal sentir.
Sos el oído en mitad de la noche, a orillas del río hablando de cosas tan tristes...y  no me olvido que estabas ahí aunque no era luz y sostuviste tus palabras solamente para hacerme sentir mejor.
Yo no esperaba tanto...
Simplemente nunca supe que alguien más pudiera cuidar de mí.
Pensé que estaba destinada a ser para siempre sutil, sin más sombras que todas estas y acumulando madrugadas.
No quiero sentirme sola, no quiero sentir que no puedo con todo esto, pero a veces no puedo parar todas estas sensaciones.
Sería tan fácil si estuvieras aquí adentro y  repetirme que no, que eso no importa, que todo está bien, que no me preocupe.
Soy una montaña rusa tratando de mantener mi carril sin caerse. Tratando de verte. Tratando de no mentirme. Tratando de no lastimar. Esperado a ver...ver y saber que va pasar con todo esto.