Liviano

5:05


Aprendiste de las llamas,
quemaste infiernos todas las noches a oscuras.
Cuando nadie te veía,
cuando estabas bajo tierra y respirando.
Un racimo de esperanzas se escapaba de tu mente,
en las calles huérfanas y olvidadas.
Esas que culpás de tu locura,
esas que te hacen quién sos.
Querías volar y supiste deshacerte de toda atadura.
Y ahora tu valija es cada vez más liviana y  transparente.
Quedó acurrucado en algún rincón,
entre las esquinas, entre la siesta: tu dolor.
Cuando más mirás el horizonte,
más lejos se asienta tu tristeza.
Y un millón de años hacen falta
para avasallar tus ilusiones.

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